martes, 19 de febrero de 2008

La hormiga y el no-universo

¿Qué hay más allí del universo? Supongo que el no-universo.
Imaginémonos convertidos en una hormiga muy inteligente que vive en medio del continente americano. A lo largo de una vida entera de viaje habría cubierto kilómetros y kilómetros cuadrados de superficie terrestre y con ayuda de unos binoculares inventados por él mismo vería miles y miles de kilómetros más.
Naturalmente, supondría que la tierra continuaba sin fin. Pero la hormiga podría también preguntarse si la tierra se acaba en algún lugar. Y entonces se plantearía una pregunta: “Sí la tierra se acaba, ¿qué habrá más allá?” Su única experiencia está relacionada con la tierra. La hormiga nunca ha visto el océano, ni tiene la noción de océano, ni puede imaginarse más que tierra. ¿No tendría que decir: “Si la tierra de hecho se acaba, al otro lado tiene que haber no-tierra, sea lo que sea eso”, y no estaría en lo cierto?
Pues bien, si el universo se define como la suma total de la materia y energía y todo el espacio que llenan, entonces, en el supuesto que el universo tenga un fin, tiene que haber no-materia y no-energía inmersas en el no-espacio al otro lado.

Y si el universo nació como una bomba de energía a partir de nada, entonces más allá del universo hay nada, o lo que quizá es lo mismo, no-universo.

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